Leo un buen consejo en el horóscopo
del diario gratuito que hay en el metro.
Y me lo guardo.
Y no lo sigo.
"...si deja de buscar el verdadero afecto, descubrirá en los actos cotidianos grandes dosis de amor..."
La oficina consigue deprimirme
a pesar de lo agradables que son.
Me tomo media hora de descanso
y me deprimen las calles las tiendas
la aparente variedad de la gente
que hay detrás de piel zapatos y dientes.
Tengo encima mezquinos sentimientos
de ser humano.
Los tengo todos.
Reparto envidia celos rencor asco
y una intolerancia que me sorprende
y me
aísla.
Me siento estúpida.
En la evidente paz yo estoy peleando.
Tengo que lucharme
cada sonrisa.
No sé bien cómo acabo (con)vencida:
me gano y entonces decido quedarme
llorando en mi ataúd un caracol
que tengo atascado. Y creo que es raro
haber ido y vuelto y estar aquí
tal como estaba
triste
apagada
y sobretodo
cansada de no
llegar a donde me propongo ir.
Aunque para ser sincera no sé
a dónde voy.
Sólo una cosa permanece clara:
contigo
todo
esto
no
me
pasa.
todo
esto
no
me
pasa.