yo tenía un sentido

hay que seguir vivo -me digo. mientras cantan los planetas y me doy cuenta de lo melancólica que estoy. pero no es nada nuevo. precisamente. hay momentos en la vida que no pueden compartirse. no sé muy bien porqué. porque estamos solos supongo. precisamente.

ayer fue mi cumpleaños. no hice nada especial. lo que quería era fugarme. no sé muy bien porqué. porque estoy viva supongo y soy de los que no saben. por salir por un momento de la ficción de la realidad. enfrentarme a la sombra y disfrutar. crear rituales. como éste de ver cuatro o cinco películas seguidas. y luego saludar al sol con un poco de humo mientras doy gracias y escucho los pájaros del amanecer. y sigo. impersonal como la vida misma. lejos del centro que nos hace gravitar a su alrededor, enredados en historias de importancia personal. historias de orgullo y de miedo. historias de amor rotas. historias. lejos de mí misma.

me muevo como una nube. soy una nube. estamos tristes. pero continúa la celebración interior. y recordamos cosas que pasaron. descubrimos que recordamos cosas que no pasaron o sólo el espectáculo. nada del público o el autor/a.

veo en la sensatez de la gente sensata. escucho esas cosas que nos dicen. no te puedes dejar. "la vida es como la espuma, por eso hay que darse como el mar". y encuentro invariablemente que sus actos son más locuaces que sus palabras. que su serenidad me convence más. que tienen razón. que no hay nada que temer por ese lado. y me pregunto cómo. con qué tiempo y con qué coraje. con qué disposición. con qué equipaje.