ya las flores del ártico no existen.
sin embargo, días fríos como éste
he tenido a montones.
he estado aquí mil veces
sin haber estado nunca realmente.
en este bar que recién descubierto
endulza el café con dos de memoria
y una de azúcar, llenando a la vez
el estómago vacío y el tiempo.
han cambiado, créeme, algunas cosas.
el precio y la fecha de la factura,
los ojos que me duelen
no ya por madrugar
sino porque envejecen
más rápido que ocupan
esta ciudad que nunca
nos echará de menos.
esta ciudad sí dura.
esta ciudad tan llena de veneno.
ya las flores del ártico no existen.
ya no hay mentiras en las que creer.
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3 comentarios :
"esta ciudad que nunca
nos echará de menos.
esta ciudad sí dura."
!
Con los pétalos secos de esas flores del ártico que ya no existen, la vida elabora el papiro que la no-vida derrocha en el ticket, en las servilletas, en los sobres de azúcar de un bar abierto.
Quedarán las huellas de los dedos, el carmín natural de los labios y esa minoría dulce a la que perdonamos su disolución.
Y cuando la bayeta pase por encima de todos ellos, un conjuro los obligará a perseguirnos por los mismos derroteros que testimonian nuestra desaparición.
gracias por dejar huella...
gracias carmen. no hay nada que me guste más que lo que lees aquí te incite a seguirla.
ya sé que te lo he dicho, pero no me canso: yo también te sigo. me gusta mucho lo que haces!
saludos a ambos.
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