the road menders

hace como cuatro años que tuve la feliz idea de usar yo también la herramienta blog. con fines no muy precisos, pero sinceros. y qué bonito era el de blogia.. quizás alguno de uds. se acuerde también. yo, por lo menos, lo recuerdo así. y recuerdo que, desde el primer post, siempre ha habido muy (muy muy) pocos visitantes. y siempre ha habido también, desde el primer post, comentarios muy (muy muy) interesantes (y gente interesante detrás de ellos). y no lo había pensado nunca, pero supongo que algo debo estar haciendo bien. por lo menos de vez en cuando. y cuando digo bien, quiero decir bien-en-relación-a-parámetros-internos. ésos que nunca uso. y por eso siempre me pierdo. pero ésta es otra historia.

no suelo hacer comentarios a los comentarios. no suelo comentar en otros blogs. y, joder, de hecho, escribo muy poco para lo que sería deseable en un blog. y cuando digo deseable, digo deseable-en-relación-a-parámetros-externos, que son los que uso siempre. y por eso me pierdo. pero no lo parece. sin embargo, hoy me apetece. y tengo que decir que las cosas, como en mi vida, han cambiado, pero no tanto. no se nota. no sé expresarlo. algún día quizás sabré cómo resuenan esas palabras en el espacio. por ahora, digamos, que tengo la brújula enfocada. y que uds., están más vivos y generosos aún que otras veces. así que, sinceramente, a todos, a los que hablan, a la gente que cambia, gracias.

Vincent van Gogh, The Road Menders, 1889