ninguno de nosotros
estábamos allí
sino lejos
en la sala de espera
de la muerte
con sus paredes blanco oscuro
y sus cómodos sillones de
color marrón
ninguno de nosotros
sabía cómo iba a pasar
y todo fue tan rápido
como si alguien tuviera prisa
por acabar
pero yo no
como si no cupieran
rituales ni despedidas lentas
pero no era verdad
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