yo no sé donde. se esconden mis poemas. que no son míos. sino de cualquier otra. que firma con mi nombre. y mi seudónimo. no eran bonitos sino oscuros pero. me bastaba. pues aún recuerdo. esa azotea blanca. el jardín negro. y la casa enterrada. en la arena nocturna. de una playa. // tenía una emoción. para cada momento. y un lugar aún ajeno. a esta ciudad con censo. de fantasmas. // esta ciudad donde nadie me busca.
yo tenía
siempre ganas
yo perdía
siempre clara
yo pensaba
nunca más
y volvía
luego siempre
volvía y no
me pesaba
guardaba las palabras. adentro de esa casa. en una de esas piezas. que en sueños se descubren. por una mezcla. de curiosidad y azaroso descuido. y ahí guardaba mi amor en bolsitas de plata. agarraba una al día. y la echaba al bolsillo. para dar de comer a las palomas. // también tenía miedo. como todos. pero de un tiempo a esta parte. tengo mala suerte. ya no me equivoco. // se me perdieron todas. entre amapolas.
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