desde la orilla de la ciudad
que ya no existe
recorro los tejados
para ubicar las calles
y la suave pendiente
lleva mi mente
a esa otra ciudad de pasos firmes
queríamos ser libres
como esas casas que se encaraman
a lomos de la noche
en la ciudad descubro
una casa de fachada verde
que se adivina triste
entre las luces tras una torre
encañonada desde
las batallas del tiempo
tras la luz donde nadie
acostumbra a mirar
una voz callada que
se oye más alta que las demás
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