22/11/09

yo también veo la mano de dios en todo esto



y el corazón que se resbala
y el estómago lleno de piedras
y la soledad del cazador arrepentido
y un rayo en la espalda
y el respaldo torcido de tu silla favorita
y el respaldo de esos pocos amigos
y las palabras
siempre las palabras
justas mesuradas
dispuestas a volar
y el frío
el frío de nunca más
y una risa a lo lejos
y un teléfono que nadie contesta
y una cerveza un cigarro antes de cenar
y una atmósfera cargada
un insulto inmerecido
una afrenta una derrota
un malentendido
y un enemigo voraz
y las ganas de no estar
ya nunca también nunca más
y un deseo prohibido
y una cara única
y un sueño diáfano
y un grito
y una aventura siempre detrás de las páginas de un libro
y un viaje que no haremos
y miles de sitios
millones de minutos
que no te esperan
y alguien que espera
todavía
aunque no te lo creas
y los labios mordidos
el cenicero lleno
la cama deshecha
y subir y bajar
y una estupidez tras otra
un juicio injusto
una sentencia final
y un helicóptero un avión
y un aeropuerto en la cabeza
y tu mano en mi muslo
y una fiesta en la azotea
y el hombro desnudo
y los símbolos que aprendiste a dibujar
y el flujo que no para
y las maletas
que no aguardan razones
que no encuentran motivos
y yo
y tú
y eso que hacíamos
y un método para soñar
que nunca
ya no más


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One cannot be deeply responsive to the world without being saddened very often. // Erich Fromm