21/9/06

El fin del mundo

era nuestro lugar preferido. Bueno, el mío sí. De alguna manera, estábamos a solas ahí, en medio de la gente. Antes nos gustaba descansar en las orillas del fin del mundo. No lo ví la última vez que fui, pero seguro que ahora se ha movido. Sin embargo, apuesto que en el fin del mundo aún crece la hierba fresca y verde, porque alguien se ha preocupado de regar.
Entonces era un refugio. Un lugar donde no estar. Pasaban los coches y nos gustaba ver la vida a través de las rejas. Preguntándonos continuamente quién estaba dentro y quién estaba fuera, si ellos, si nosotros. Y entonces teníamos conversaciones absurdas como tiene la gente normal. Una vez te dije que quería conocer todas las perspectivas posibles y me dijiste: imposible. Y no me supo mal. Te sorprendió, no digas que no, como meta de vida. Yo lo que quiero es irme, dijiste. Pero el tiempo se fue, yo me fui y tu te quedaste. El fin del mundo es todo lo que querría. Y sería mejor ser optimistas. Actuar de manera inteligente y no ceder a la inercia o la presión.

Pero hoy he visto el cielo más azul del mundo.





3 comentarios :

Anónimo dijo...

perspectivas posibles


Preguntándonos continuamente

Anónimo dijo...

http://www.findelmundo.com.ar/news/hgz01.ram

...extraído del monólogo del "vidente"

"el corazón de cristal" d Werner Herzog

Anónimo dijo...

me gusta... ese lugar como un tiempo, un sonido, un aire... :)

One cannot be deeply responsive to the world without being saddened very often. // Erich Fromm