Mientras comemos le pregunto cómo ha seguido adelante. Cómo se siente uno, le pregunto, cuando alguien te bombardea la casa en la que vives, cuando mata o hiere a tus familiares. Cuando destruye todo lo que tienes en tu cuarto. Me responde que empezó a odiarlo todo y a todos.
(...)
Me cuenta que S. se la llevó a casa de sus padres, y que aquella era una casa llena de gente: un padre, una madre, una hermana, tres hermanos. un primo. Dice que en esa casa todos gritaban y bromeaban y jugaban. Dice que toda esa vida, ese alboroto, la arrancaron de la tristeza en la que se había hundido. Diluyeron el odio y la hicieron reír, a pesar suyo.
de S.
de Gipi
Gracias Otto, por el regalo..
de Gipi
Gracias Otto, por el regalo..
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