monumental y ajena
una tristeza
se apodera mi vida
enferma las sonrisas
como hojas pálidas
y a la certeza
la diluye la lluvia
siempre sospeché
que mi fe era acuática
pero podía haber
sido terrestre o aérea
de haber podido encontrar
un camino de piedra
o alguien con quien volar
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